Ah, aquí me entregaré a la eternidad y me
sacudiré de esta
carne fatigada elyugo de estrellas
adversas. Esos violentos
deleites ... ¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con unbeso un trato
perpetuo con la ávida Muerte